Arami tuvo la desgracia de conocerme como compañera de piso en época de noches desorbitadas y aún así ha querido incluir un texto mío en su enternecedor -y en ocasiones escalofriante- blog Universo Dislocado. No sé muy bien porqué. Pero lo que sí sé es que en su bitácora encuentro siempre mi porción exacta de aspirinas del exilio. Y por eso la recomiendo. Como dice Arami, a la salu de usté.
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