Foto de Ann Magin |
yo también soy estos ladrillos rojos,
los libros de a.a. milne,
pork pies y jacket potatoes,
y charity shops y fish and chips
y desgraciadamente también un bol de shreddies;
yo soy la ruta del quince en un suburbio
de manchester, y la ruta del dos cientos sesenta y siete
en un suburbio de middlesex; yo soy
cada uno de esos buses rojos
buscando una estación que ya no existe.
cada uno de esos buses rojos
buscando una estación que ya no existe.
yo soy sin duda
los jam doughnuts
y los rhubarb crumbles; soy
las hojas de otoño sobre el asfalto,
las portadas sensacionalistas de The Sun,
yo soy mi abuela, yo soy joyce.
yo soy mi abuelo, yo soy ronald.
yo soy los muelles abandonados
de Blackpool, y el vinagre que salpica
sus patatas fritas.
pero
el día que quiera
mostrárselo a mis hijos
el día que quiera
mostrárselo a mis hijos
no sé qué quedará de ello.
les mostraré una casa vacía,
el letrero de un restaurante que ya no existe.
iré a la papelería pero no me reconocerá nadie,
en la panadería hablaré de ella y alguien asentirá,
no se sabe si por educación o por vergüenza...
intentaré explicar a mis hijos
que yo soy estos ladrillos rojos
y que en ellos está escrita parte de mi historia,
ellos correrrán a mi lado hablando
quién sabe qué lengua extranjera,
y yo insisitiré señalando cosas invisibles,
les arrastraré de la mano y ellos me dirán:
madre nada de eso existe ahora.
yo asentiré, y volveré a detenerme
un instante en la panadería,
y hablaré un idioma irreconocible
que nadie entiende
porque nadie ya no existe.
porque nadie ya no existe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario