La tranquilidad de saberse de nuevo a la deriva, como si esta fuese la única manera de encontrar el norte, la botella en medio del mar, la gaviota mensajera que guarda entre sus patas los billetes hacia Ithaca. Descansar tranquila, dormir acunada por una nana eterna a sabiendas de que las ciudades extranjeras son la manera perfecta de agrietar los icebergs. Yacer tranquila en camas ajenas porque es ahí donde se avistan las señales en el mapa; descansar tranquila en asientos de aviones, camas de hoteles o bancos de estaciones de autobús porque solo en los billetes hacia lo desconocido se encuentra, escondido, el camino más rápido de vuelta a casa.
6 comentarios:
Todo viaje acaba en uno mismo.
De nuevo hoy emprendo una nueva singladura que me va a llevar a territorios de piel inexplorada por las plantas de mis pies.
Hoy emprendo una nueva singladura que me va a llevar por territorios desconocidos de piel inexplorada por mi pie.
preciosa Ana Lisa, como siempre.
Un beso
la maga
Como siempre no, Maga: fulgores, nada más.
Qué bueno encontrarte por aquí.
Abrazo grande, mua!
Que vivan los No lugares.
"solo en los billetes hacia lo desconocido se encuentra, escondido, el camino más rápido de vuelta a casa": PERFECTO!
Publicar un comentario