Desnudarse frente a los regazos sentados de un bar, desnudarse frente a sus brazos, las etiquetas pegadas en las bebidas frías; desnudarse en pleno otoño o en plenilunio sin importar la marea. Quitarse los pétalos poco a poco y verterlos en forma de verso frente al espejo que ilumina al mundo.
El sábado cantamos todos en Estación Spoken Word:
Puedes confiar en mí: te giraré las páginas, deshojaré tus versos.
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Sobreviviremos.
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