Yo, que mudo cada noche los bares porque con uno no tengo suficiente,
yo, que mudo los barrios porque me canso de bailar sus calles borracha
y conozco los pliegues de sus baldosas
y el sabor verde y la luz de sus farolas,
yo, que en función de los gintonics mudo la forma de andar.
Yo, que he mudado los vecinos y la manera de pedir la sal,
yo, que he mudado los idiomas en que digo las palabras te quiero
y que mudo la cama y sus sábanas sucias
por otras limpias que me aburren
taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaanto,
yo, que deshice las maletas miles de veces
para volverlas a hacer
y que quise escuchar las campanas
con la misma nostalgia
que aquella primera vez
¿recuerdas?
yo, que me he abrazado a unos labios
y he esnifado las pieles de
seres que no pude comprender,
me mudo para siempre, te digo,
me mudo de una vez y para todas
a este alzheimer que me induce al sueño,
a un país hecho a base del xanax
que siempre llevo en la maleta y que me salva,
a esta aspirina que es para mí la escritura,
la página en blanco,
el libro en la esquina que me mira y que hoy
-lo juro-
estoy a punto de empezar.
7 comentarios:
yo, que he hecho tantas maletas sin tener a dónde ir...
Te debía algo... http://sinsaberquelosabe.blogspot.com/
Me gusta taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan
to...
oh!, ho!, oh, ho!... vuelves a ser tú! qué buena, qué buena.
Horacio, ¿y no es eso lo más lindo? Hacer maletas sin saber a dónde te llevarán...
D. no me debías nada, más que otra tarde en el teatro, quizás, u otro paseo por la urbe, u otra senatada en un banco cualquiera y más confidencias, y algún cigarro, quizás...
Voy a leerte con más tiempo pero lo poco que he visto me ha gustado. Gracias por mostrármelo al fin.
¡Besos!
Gracias, José María! A mí tus versos y tus embriones de libros también me gustan taaaaaaanto.
Mil besos y hasta muy pronto. Muah!
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