en mi espejo encuentro versos, los posos que quedan en la casas donde se ha amado mucho. esto no es poesía, me digo, son las raíces que me envuelven cuando hablo sola antes de quedarme dormida. acaso no sea poesía, sino una casa, las paredes blancas donde se han escrito infinitos dramas. en los lugares donde menos lo esperaban escondí una línea vaga, acaso dos. pinté mis labios y sellé las monedas con las que pagué un poco de compañía.
esto no es poesía, son sólo los ladridos de un perro lejano. un útero caliente, mechas rubias, fanzines robados.
una casa y miles de espejos donde, insisto, no hay poesía.
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