tarjetas de hombres grises, escupitajos, alergia.

parpadea el cursor en la pantalla y me recuerda que hace unas dos semanas que no me siento a escribir. la máquina gime en silencio pero quién va a querer escribir si afuera sale el sol -le digo mientras me enciendo un pitillo.- déjame que me tome una caña -canto- déjame que me fume uno cargadito, ayúdame a olvidar las patadas de la Primavera en las costillas. los amigos se tiran escupitajos y todo duele. hace días que la escritura no me es remedio de nada: recurro a los bares supermercados de la noche donde intercambiamos las tarjetas, los fluidos, las copas. algo va mal y no sé qué es. todo duele, me digo. algo tendrá que ver la Primavera con todo esto. quería contaros algo pero me olvidé de qué que quería hablar. duele, me digo, pero es más fácil no pensar. esperad, tenía una historia, lo recuerdo, lo escondí entre las tarjetas de hombres grises a los que amo cuando están tristes, sí, esperadme, os digo. y tú, Primavera, puta, aléjate de aquí: tengo alergia a los corazones ilesos. 


-perdona, guapa, pero creo que vuelves a ponerte dramática. 
te olvidas de decir que apareciste aquí y aquí.

-ya, ¿y acaso significa algo todo eso? peinate otra, anda. 
y calla.


No hay comentarios: