deriva (das)

 

La tranquilidad de saberse de nuevo a la deriva, como si esta fuese la única manera de encontrar el norte, la botella en medio del mar, la gaviota mensajera que guarda entre sus patas los billetes hacia Ithaca. Descansar tranquila, dormir acunada por una nana eterna a sabiendas de que  las ciudades extranjeras son la manera perfecta de agrietar los icebergs. Yacer tranquila en camas ajenas porque es ahí donde se avistan las señales en el mapa; descansar tranquila en  asientos de aviones, camas de hoteles o bancos de estaciones de autobús porque solo en los billetes hacia lo desconocido se encuentra, escondido, el camino  más rápido de vuelta a casa.



listas


Hace un año más o menos viví en Marruecos, no demasiado, lo justo, unos meses quizás. Entonces mis preocupaciones consistían en cosas como "miel, dátiles, aceitunas". Entonces tenía suegros y tenía que devolverles las ollas. Hoy se han secado los dátiles y ya no quedan aceitunas. Pero aquellos a los que llamaba "mis suegros" siguen cerca del mar. Seguirá haciendo calor en Essaouira, las cabras seguirán subiéndose a los árboles, las chicas seguirán paseando de la mano, el bar donde tomábamos el té seguirá respirando a la sombra. En ese bar escribimos otra lista, también, y apuntamos las metas, los sueños, un huracán de palabras sobra la página en blanco. "Hacer el amor, aprender a cocinar mejor, comer bien". Acaso he sido miel, aceitunas, dátiles. Acaso hice el amor, aunque no aprendí a cocinar mejor. Y continúo haciendo listas por si acaso alguna acaba saliendo bien.

"He hecho muchas listas en mi vida, 
en ellas ponía lo que quería hacer, 
lo que tenía que hacer
para ser quien creía que debía ser
[...]" 

Jorge Díaz, Cómplices.



the sun came out and, yes, it hit the island


Sale el sol en la isla, la piel sabe a salitre, a crema after-sun. Las carreteras se alargan y en cien kilómetros a la redonda caben más de cien mundos diferentes. Las furgonetas se multiplican y florecen también en primavera: por todo hay camper-vans, californias, VWs. Mi pequeño Saxo y yo las saludamos al pasar, niñas bonitas con vestidos rojos que bailan armando revuelo sobre el asfalto. Radio 3. Un pedazo azul de cielo se refleja en las alas de un avión. Doscientos alemanes más: una bandada de gaviotas atroces que se posa sobre la isla. Cien kilómetros a la redonda, el sol y el verano comienzan a salir de entre las montañas. Se doran los cuerpos, las sonrisas emblanquecen, el mundo es una armonía de luz y color. Brilla el sol sobre la isla y, en los bares, cuerpos envueltos en lino blanco piden caipirinha tras caipirinha. Conducimos mi Saxo y yo y, cien kilómetros a la redonda, el mundo reluce tranquilo sobre los dos.



el amor dura tres años


Recorrer la ciudad 
como si aún te fuera dado amarla de nuevo,
como si aún quedaran tres años,
como si aún fuera verano
y no fuera tarde 
-todavía- 
para empezar de cero, 
como si no fuera tarde
-todavía-
para admirar sus calles
ni transitar sus bares
como el eterno extranjero
                                                  que siempre intuiste ser.


biografía alternativa y un pedazo de chocolate


lo que soy:

1. bloggera
2. coleccionista de fanzines raros
3. coleccionista de billetes usados, facturas de restaurantes y entradas a museos en países lejanos.
4. escritora de diarios
5. profesora de un taller de poesía
6. alguien que sueña todavía con las historias de Enid Blyton.
7. una viajera compulsiva
8. una despistada
9. a Grandpa’s girl
10. los restos de lo que dejaron los jesuitas 
11. los sellos en el pasaporte
12. veintisiete años de risas y de lo demás no me acuerdo

lo que no soy:

una autora publicada
una escritora de reseñas
alguien responsable
una dama

pero sobre todo,

lo que no soy es 

una profesora en el   MALDITO  Conservatorio.





Las poetas muertas también mueren cada día


La poeta muerta se ha suicidado. No soportó el silencio, el talego, el suplicio de saber que las cosas han salido mal y es tarde para empezar de nuevo. Me siento casi-obscena leyendo sus entradas: hoy es lunes, todos trabajan, pero yo me quedo en casa y hablo con muertos. De su blog me sobrecoge sobre todo una entrada: la descripición de cinco días de fiesta en el talego. Silencio y horror, "la peña psicotizada sin nada que hacer". La ausencia de rutina, de trabajo, de ruido. Ganas de tirarse por la ventana, de arrancarse las venas con navajas. La leo.  Creo que la entiendo. Hay domingos o días de fiesta que no se pueden suplir con resacas. Y  por eso -aunque se hayan declarado inocentes, aunque Amnistía Internacional haya denunciado el caso y las torturas que han recibido los tres condenados principales- a veces los domingos los poetas se acercan un poco más a dios.


PD: Queridas reinas/reyes magxs, este año me he portado fatal y por eso he acabado en la cárcel, así que a ver si podéis hacer una recolecta y traerme un disfraz de presa (a rayas blancas y negras con su número y gorrito) a ver si así me reformo y me reinserto en esta maravillosa sociedad. Muchas gracias.
Patri.

[del blog de Patricia Heras, Poeta Muerta, publicado el 07-02-10]

[el dibujo también es de ella y se llama "Mi casita del estado"]