David González, en El Último Jueves de Literanta

No lo conozco, pero todos insiten en que debería hacerlo. Las palabras de admiración hacia su poesía se diluyen en onomatopeyas y sonidos raros por parte de aquellos que, a primera vista, parecen conocer a esa rubia explosiva, la poesía. No lo conozco, me digo, (a David, a la rubia menos) pero siempre hay una primera vez. Como cada Último Jueves, el camino hacia la Plaza Sta. Eulalia está lleno de curváceas gotas de sudor, efluvios carnales de una carrera contrarreloj-propoesía. Llego sedienta, y la sucesión de heineken me sacia las ganas de todo. La autointroducción de David González, estos versos suyos:

Mi perro se parece cada día más a mí. 
Pronto dejará de ser mi mejor amigo. 

No está mal, me digo. A David parece que se le complican los malabares. Entre el cigarro, el micro, y el pesado libro que baila, no hay espacio. Entre un poema y otro no hay espacio tampoco porque se suceden el abuelo que se suicida y que se convierte en tinta (ligero erizarse del vello en la espalda) y los momentos de amor, porque el amor no existe -lo sabemos- y sin embargo este hombre ha querido a todas las mujeres que se ha follado, y ha amado, lo sabemos, y ha pasado por cárceles y ha llorado en sidrerías y se ha colocado en portales oscuros, seguro... Y así nos olvidamos de una hora deliciosa de nuestras vidas, el vello erizado en la espalda y la cerveza que se calienta porque ya no hay cervezas ni pitillos que valgan, estamos pegados a nuestros asientos, hipnotizados por este encantador de las palabras, un hombre que ha vivido -y ha vivido mucho- y cuya mirada vale mil cuatrocientas veintisiete veces y media más que todos aquellos que han estudiado y se han refugiado en sus sectas ,ya lo dijo Jorge, en sus sonetos y en sus leyes...
De nada importa el envoltorio si la mirada que azota las pupilas no estremece las grietas en el cuello. David sí. Aquella noche, todos salimos ganando.
                                                                                                

1 comentario:

Toni Rajo dijo...

Joder, me encanta haber llegado hasta aquí.

Fue una gran noche de jueves, me gustó mucho conocer a este gran poeta.

Me apunto este blog para que no se me olvide.