diarios de la india (v): goa

        


tumbada sobre la playa dorada
hundiendo la uñas en la arena
y pensando en tu pelo
mientras los pezones 
se endurecen al sol:
el mundo no nos pertenece
pero a veces
-en momentos como este-
es tan sólo nuestro,
lo siento
atravesándome 
como este rayo de sol 
sobre los párpados
y tu imagen
entre mis muslos
como un halo
infinito.





the india diaries (iv) : benarés



In the evening, as I was walking home, the fog was like a heavy curtain overlooking the city. I had not my glasses with me, and I feared the darkness for I could hardly see ahead of me. However, I felt the old buildings looking over me, and I watched as the lamps (which were surrounded by hundreds, thousands of flying insects) turned into dandylions. 

As I walked past the Burning Ghat, I stopped to observe the bodies being cremated over the fires. Three forlorn drums marked the deceased's ascent into the unknown world, and as we watched the fire slowly burning the clothes and the body, some boys next to us laughed excitedly while playing cricket. Someone had scored a run. 

To my right, the fog still covered the river and as I stood up to go back home, I managed to make out a boatman, slowly rowing over to the other side. All of a sudden, I knew it was Caronte taking another soul with him after demanding a handful of rupees. I said my prayers and, before I could catch another glimpse of him, I hurried back home and didn't look back.  



diarios de la india (iii): agra


                             

¨The cows on the street, which were moving with the crowd, squatting with the squatters, walking about with those just walking about, stopping with those stopping: poor cows with their coats turned into mud, obscenely skinny, some as skinny as dogs, consumed by fasting, with eyes eternally attracted by objects and destined for fatal desillusion. It was almost night fall and they were squatting at the cross-roads under some traffic light or another, in front of the main doors of disordered public buildings: black heaps, grey with hunger and bewilderment". 

Pier Paolo Pasolini, ¨The Scent of india". 





diarios de la india (ii): mumbai-kota


        


"While there is still time, let's go out and feel everything"
Paul Thek.

"How can you be so many women to so many people, oh you strange girl?"
Sylvia Plath


Estoy sentada en el tren que nos ha de llevar de Mumbai a Kota. En movimiento, la existencia vuelve a cobrar sentido. En los trenes, en los aviones, en los autobuses soñolientos que despiertan al alba encuentro las piezas del puzzle que me faltaban. Busco el calor de una mirada -no pido mucho: apenas un instante, lo suficiente para esbozar una sonrisa- y algún dios se empeña en colocar siempre a mi lado pequeños ángeles en forma de desconocidos. Miro por la ventana y saco un poco la cabeza -como hacen algunos perros sonrientes en las ciudades. En un intento de dejar anclado el instante, inspiro hasta que me falta el aire. Y contemplo cómo, al otro lado de la ventana, desfilan las respuestas a las preguntas que no dejan de asolarme. Mis ojos, mis labios, mi vientre, mi entrepierna; todo mi cuerpo de repente es sabio y sabe ver. Mientras no dejen de rodar los neumáticos, mientras no se apaguen los motores, mientras mi dios no sea del todo mezquino, yo también sabré encontrar el camino de vuelta a casa.



diarios de la india (i): mumbai

 

Bocinazos; pitidos; seres humanos y perros desperdigados sobre el asfalto por igual; muchos olores (no todos ellos buenos); un elenco de colores absolutamente desconocidos; ruido y más ruido; bocinazos y más bocinazos; esperas de diez minutos que de repente se hicieron eternas; humanos y más humanos y al final del día, como siempre, la mochila que -como dijo Tranströmer- "late prodigiosa en un rincón".