hazme reír. olvidemos el polvo. hablemos de poesía después.
*técnica mixta sobre zona erógena* de jorge díaz
jorge y yo estamos viejos, ya no bebemos chibecas en el puerto como antes, ya no esperamos en el parque a que pasen las horas ni nos citamos cada tarde para ver la puesta de sol. hemos sustituido las chibecas por las infusiones de tomillo y el cristal por el yoga y ahora paseamos por bershka y por zara. aparte de amigo, jorge es el director de una revista preciosa que acaba de empezar, pero promete. se llama poesíaygrafica. además, mantiene el blog stripgarden desde hace unos meses. tuve el honor de presentarlo en el ciclo de poesía que está llevando a cabo el peatón en granada. os dejo algunas líneas de lo que leí sobre él. (la negrita es suya).
jorge o intimismo, confesión de un corazón que se desnuda: “la soledad es haberte visto anoche”, “uno no sabe nunca lo que es”, autor sobre todo fiel a sí mismo cuando hoy día es fácil venderse iva no incluido, cuestión de fe, de mirada, de algo que a veces etiquetan con corsés varios realismo sucio pies sucios corazones sucios o quizás sólo punkis, fantásticos seres o mujeres hechas de pedazos de cielo: Barcelona, Roma o Granada. “cuando ya sabes que la mochila es tu vida / y que el viaje acaba / y no quieres sacar ropa limpia”. tampoco nosotros encontramos ropa limpia en su poesía, la de aquel que escribe a contracorriente, dando la cara y describiendo, cantando, proclamando “otra forma de ver la vida, de creer en la vida”.
jorge o intimismo, confesión de un corazón que se desnuda: “la soledad es haberte visto anoche”, “uno no sabe nunca lo que es”, autor sobre todo fiel a sí mismo cuando hoy día es fácil venderse iva no incluido, cuestión de fe, de mirada, de algo que a veces etiquetan con corsés varios realismo sucio pies sucios corazones sucios o quizás sólo punkis, fantásticos seres o mujeres hechas de pedazos de cielo: Barcelona, Roma o Granada. “cuando ya sabes que la mochila es tu vida / y que el viaje acaba / y no quieres sacar ropa limpia”. tampoco nosotros encontramos ropa limpia en su poesía, la de aquel que escribe a contracorriente, dando la cara y describiendo, cantando, proclamando “otra forma de ver la vida, de creer en la vida”.
a n n a
Hace dos años, Nick y yo nos bebimos una botella de vodka sobre una azotea en Phnom Penh. Más tarde, mientras circulábamos en moto por la ciudad, un sabor amargo –y no era el vodka- nos recordaba, la noche antes de nuestra despedida, que todo llega a su fin. Camboya - al menos la Camboya que nosotros conocíamos- también.
Sólo cuando entramos en el bar donde nos había citado el tatuador nos dimos cuenta de que se trataba de un burdel. Subimos unas escaleras algo cochambrosas y hablamos largo rato con él antes de sentarnos. Piel oscurísima y dientes blancos, se trataba de un indio tamal que había crecido en Singapur. Nos mostró un pequeño álbum en el que reunía las fotos de tatuajes anteriores y a final del álbum vimos, sorprendidos, una foto de su cabeza dentro de las fauces de un león. Nos contó que antes de convertirse en tatuador había sido domador de circo y durante unos segundos pensé que había cometido un gravísimo error. Pero entonces una de las jóvenes camboyanas del burdel nos subió más bebidas y a mí se me olvidaron las preocupaciones. Durante los próximos cuarenta minutos, nuestro amigo tamal tuvo que levantar la pistola de mi brazo varias veces a causa de lo mucho que se estaba riendo. Cuando el tatuaje estuvo acabado y andábamos despidiéndonos, saqué los billetes de la cartera pero él rechazó el dinero enérgicamente. –Sois buena gente -nos dijo. -Éste es mi regalo. Ahora id con dios.-
Así que bajamos al burdel y todos –el tatuador, algunas prostitutas muy simpáticas y nosotros dos- pedimos más bebidas de colores. -¿Qué pone el tatuaje?- nos preguntó una de ellas. -Compasión -dijimos al unísono Nick y yo.
Ella nunca lo haría II
Gracias a Emilio, mi mecenas y gurú espiritual, aparte de excelente diseñador y publicista, compañero de sesiones de meditación zen que fueron sustituidas progresivamente por cigarrillos y gin and tonics.
**Enanas Amarillas**
Arami tuvo la desgracia de conocerme como compañera de piso en época de noches desorbitadas y aún así ha querido incluir un texto mío en su enternecedor -y en ocasiones escalofriante- blog Universo Dislocado. No sé muy bien porqué. Pero lo que sí sé es que en su bitácora encuentro siempre mi porción exacta de aspirinas del exilio. Y por eso la recomiendo. Como dice Arami, a la salu de usté.
necesidades básicas (sponsored by adidas)
Te necesito para tomarme un café contigo a la mañana siguiente y comprobar que luz del día y la ropa te incomodan. Te necesito para el cigarrillo de después. Te necesito para que escuches mis tonterías y mis absurdas incursiones en el mundo del arte. Te necesito para que afirmes que te gustan mis poemas aunque todo sea mentira. Te necesito para que me desvistas. Y me vistas luego de nuevo.
“(...) the 1960s offered little real liberation for women in spite of second-wave feminism. In the end, the sexual revolution allowed more men to enjoy more guiltless and irresponsible sex with more female partners because the availability of birth control and abortion left women with little rationale for sexual reluctance – ironically, with no choice.
(Reconstructing the Beats, Ronna C. Johnson)
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