a n n a

Hace dos años, Nick y yo nos bebimos una botella de vodka sobre una azotea en Phnom Penh. Más tarde, mientras circulábamos en moto por la ciudad, un sabor amargo –y no era el vodka- nos recordaba, la noche antes de nuestra despedida, que todo llega a su fin. Camboya - al menos la Camboya que nosotros conocíamos- también. 
Sólo cuando entramos en el bar donde nos había citado el tatuador nos dimos cuenta de que se trataba de un burdel. Subimos unas escaleras algo cochambrosas y hablamos largo rato con él antes de sentarnos. Piel oscurísima y dientes blancos, se trataba de un indio tamal que había crecido en Singapur.  Nos mostró un pequeño álbum en el que reunía las fotos de tatuajes anteriores y a final del álbum vimos, sorprendidos, una foto de su cabeza dentro de las fauces de un león. Nos contó que antes de convertirse en tatuador había sido domador de circo y durante unos segundos pensé que había cometido un gravísimo error. Pero entonces una de las jóvenes camboyanas del burdel nos subió más bebidas y a mí se me olvidaron las preocupaciones. Durante los próximos cuarenta minutos, nuestro amigo tamal tuvo que levantar la pistola de mi brazo varias veces a causa de lo mucho que se estaba riendo. Cuando el tatuaje estuvo acabado y andábamos despidiéndonos, saqué los billetes de la cartera pero él rechazó el dinero enérgicamente. –Sois buena gente -nos dijo. -Éste es mi regalo. Ahora id con dios.-
Así que bajamos al burdel y todos –el tatuador, algunas prostitutas muy simpáticas y nosotros dos- pedimos más bebidas de colores. -¿Qué pone el tatuaje?- nos preguntó una de ellas. -Compasión -dijimos al unísono Nick y yo.
Hoy, dos años después, averiguo que Anna quiere decir compasión y me maravillo ante la coincidencia. Ahora entiendo porqué esnifé siempre los polvos blancos de la tarjeta del DNI y me tatuaba palabras raras en el brazo. Era sólo para ver si se me pegaba algo.

10 comentarios:

Jorge Díaz Martínez dijo...

A n n a

A n n a

A n n a

A n n a

Annalisa Marí dijo...

j o r g i t o
n o q u e d a n a d a

Anónimo dijo...

http://www.facebook.com/people/Anna-Lisa-Compasion/100001153385625

Annalisa Marí dijo...

anónimo,
me quito la compasión
y el sombrero
me tienes anonadada

yolandasaenzdetejada dijo...

Buenísima esta entrada. Me encanta.

Annalisa Marí dijo...

gracias, yolanda!
un abrazo!

Anónimo dijo...

Que historia mas bonita Anna-Lisa!!
Al acabar de leerlo he tenido la sensación de recordarte en mas de una clase leyendo libros que para nada eran los de la asignatura, y he empezado a entender...!!

Un saludo, Xim

Annalisa Marí dijo...

tu recuerdo me hace sonreír: quizás no haya tantas annalisas como pensaba. eso reconforta.
sigo tus postales, desde la luna o donde sea. un abrazo xim!!

Unknown dijo...

i miss cambodia

Annalisa Marí dijo...

me too, raquel, me too. pero hay que volver como sea, comprándose un billete de avión, mirando viejas fotos, releyendo un viejo bloc de notas o escribiendo una entrada en el blog de ahora.

un abrazo