Ínsulas y penínsulas. Always.
-Hola, soy la fotocopiadora de Annalisa.
Creo que tiene demasiado tiempo libre:
si alguien la ve, por favor, díganle
que deje de hacer fanzines.
que deje de hacer fanzines.
"Ínsula-península,
sístole diástole, poema y antipoema, cara y cruz de una moneda. Dicen Sonia Serrabao y Annalisa Marí que las poemínsulas son el cruce de los poemas de una y de la otra ya
que evocan una realidad semejante y albergan preocupaciones e inquietudes
similares ¿acaso no somos pueblos hermanos? Los mismos pinos, las chumberas,
idénticas pitas en una costa y en la otra. La mar en calma del Mediterráneo, un
sol compartido y esa tramuntana que zigzaguea en el cerebro de ambas, florece
en forma de poesía y poliniza con palabras todo aquello que se encuentra a su
paso tanto en ínsulas como en penínsulas".
Poesía sobre el asfalto
Nos sacaron en la prensa, hicimos un fanzine, leímos poemas en familia, nos reímos, aplaudimos, bebimos cerveza, y ya solo nos quedó esperar al año que viene. Nunca había pensado que pudiera parecerme tan lejano el comienzo de otro año escolar. Ya los echo de menos, pero hoy quedamos: beberemos queimada, merendaremos coca salada, nos olvidaremos de diseccionar versos pero los leeremos, así, bajito, como quien no quiere la cosa pero sabe que así, entre amigos, es posible ser feliz -al menos- unas horas más.
Ella hablaba de enfermedad en pretérito imperfecto.
Hubo nueve meses de enfermedad, y se le cayó el pelo. Vio sombras claras que le perseguían por los pasillos, escuchó sus voces, sintió su aliento en los tobillos. Escribió p-u-t-a en pasaportes que ya no se creyó capaz de usar, recortó versos, compuso collages que volvió a tirar. Escribió graffitis en las paredes de aquello que llamaban morada. La enfermedad venía disfrazada de sangre, de rutina, de noches de insomnio que tardaba en apagar. La enfermedad se llamaba pan, aceite, queso; pan, aceite, queso; y pan, aceite, queso para desayunar. La enfermedad se encendía cuando se encendían las farolas de la noche. Hubo nueve meses de enfermedad, y se le llenaron las manos de pelo. De ausencia de cielo, de apenas libertad. Durante nueve meses solo vio pasillos, y baldosas de aeropuerto que anunciaban placeres, aunque reflejado en el suelo solo brillaba un manojo de pelo: enfermedad.
insomnio
este año no me voy de vacaciones: las únicas nubes que pasarán frente a mis ojos serán estas, nubes negras, nubes del insomnio, infinitas burbujas de algodón donde se estancan los sueños. sabe a hipo mi desvelo, a fruta pasada. vivo en la noche los besos que no nos dimos de día, los bailes que no ensayamos, los libros infinitos que no llegamos a escribir. vivo en un estado de permanente desvelo. pero es de noche y apenas siento. de puntillas, desde la cama, vigilo de cerca el ventilador y espero. contemplo cómo pasan mis sueños convertidos en negativos.
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