Don't panic.



Don't panic. Haces lo que debes el año que dejaste de viajar y empezaste a comprarte muebles, don't panic, vuelves a bailar en los bares supermercados de la noche  y empiezas a pedir limosna de nuevo. Vuelves a la noche, vuelves a tu casa: que no te extrañe, pues, que no te sorprenda esa inesperada tristeza de sentirse vivo.

"Tuve que pernoctar en plazas infinitas, en arrozales
infectos, pegarme a puñetazos con las hordas
de tristeza y frío que iban tras de mí.
Me tocó inventarme desde cero de nuevo,
aprender otra vez a ser canalla, 
a acodarme en las barras como antes,
a beberme gin tonics como los tipos malos".

Pedro Andreu, "El frío". Sloper, 2010.

2 comentarios:

José María Feliu dijo...

Gran poemario "El frío". Viajó conmigo a Sudamérica, lo leí a 9.999 metros de altura y a 999 kilómetros por hora. En concreto, este poema pernoctó conmigo sobrevolando Brasilia.
"El frío" acabó -en con, no sé- las manos de una joven poeta paceña que me arrastró por los boliches más infames de La Paz.

Annalisa Marí dijo...

Pedro Andreu me parece absolutamente maravilloso, no me canso de él, cada lectura me emociona y me pone la piel de gallina o me hace reír de nuevo. Vaya suerte tenemos de que sea de aquí... Me alegra que una tipa que te arrastrara por boliches infames sea la nueva dueña de tu libro. Sin duda, se lo merece.